Una familia bumanguesa decidió irse a pasar unas vacaciones a la ciudad de Santa Marta.
Uno de su integrantes vive en Ruitoque un exclusivo sector de la capital santandereana a donde solo habitan personas adineradas.
Resulta que el hermano de la denunciante dejó la casa al cuidado de uno de los guardas de seguridad del condominio.
Este entró a la vivienda y en un bife de la sala abrió una caja de whisky que contenía una botella en su interior.
El vigilante se la guardó en el uniforme y se disponía a salir del predio cuando de pronto en altavoz alguien le dijo: «Amigo le recomiendo que devuelva la botella».
Era la voz del propietario del predio quien le pedía al vigilante que devolviera lo que se había guardado.
A continuación la denuncia y las imágenes de lo ocurrido:
Sevicol, empresa a la que el guarda de seguridad le prestaba sus servicios se pronunció sobre estos hechos a través de un comunicado y manifestó lo siguiente:
«Por lo anterior se procedió a adelantar las medidas disciplinarias administrativas y judiciales que la situación ameritó», señala la misiva.
«Sevicol ofrece excusas a los afectados y a la ciudadanía en general por lo que se puede observar en el contenido del material», culmina.